Año 2030.
Marty McFly se prepara para ir a
la escuela. Como cada día, mete en su mochila todo lo necesario para asistir a clase.
Pero todo ha cambiado, por lo que la mochila de Jack ya no está repleta de
libros, libretas y bolígrafos. Ahora, una ligera Tablet recoge todos sus
trabajos y conocimientos.
Una vez ha
desayunado, ya no necesita ir andando al instituto. Tras ir al garaje, Marty se
monta en su skate de última
generación. Sus padres se lo regalaron para que nunca volviera a llegar tarde
a clase. Además, a McFly le encanta montar su skate nuevo, por lo que se dirige a clase mucho más motivado que
antes.
Cuando al fin
llega al instituto, saluda al resto de sus compañeros y compañeras. Mientras
entra en clase sus amigos, comentan el fin de semana que han podido disfrutar. Al
entrar en clase de Castellano: Lengua y Literatura, se encuentran con el
profesor que ha estado preparando la clase que iba a impartir. Antes de empezar la sesión, su profesor, Doc, les pide que saquen sus
tablets pues revisará si han realizado las tareas que mandó la semana anterior.
Tras esto, comenzó la clase con
explicaciones del profesor a través de unos increíbles hologramas. Doc manejaba los hologramas a su antojo y con gran rapidez, mientras sus alumnos y alumnas
le miraban sin pestañear. En el recuerdo quedan aquellas clases en las que el
profesor se manchaba las manos de tiza y mandaba a sus estudiantes limpiar los
borradores. Ahora, una nueva tecnología ha llegado a las aulas. Fue entonces cuando Marty McFly dijo en voz alta:
–Supongo que ustedes no están preparados para este tipo de educación. Pero a sus hijos les encantará.
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